jueves, 11 de noviembre de 2010

Mi Historia...

Me llamo Martha Villamarín y amo ...
... amo el colegio, amo los niños, amo el enseñar, amo los recreos al lado de ellos, amo al ordenado y al inquieto también, amo al estudioso, amo al sin tareas, amo a Dayana, amo a Christian, amo a Camila...los amo a todos, cada niño y niña que viene a mi salón, los amo...
                                                                                            ...amo la docencia.

Decidí ser maestra cuando estaba en el colegio, estudié el Instituto Pedagógico Nacional, que para ese entones era una Normal, recuerdo con mucho cariño mis profesores quienes me enseñaron que a través de la enseñanza podía dar mucho a los demás, claro que desde niña siempre quise ser profesora: jugaba a enseñarle a mis muñecas.
Cuando estaba haciendo mis prácticas en la normal, me di cuenta que tenía talento para enseñar y sobre todo, que disfrutaba enseñar a otros lo que sabía. Aunque mi mamá quería que fuera odontóloga, mi sueño era convertirme en maestra, y gracias a Dios que aceptó mi decisión, no se que sería de mi si no hubiera estudiado esto, me sentiría incompleta.
Las prácticas pedagógicas en el colegio las hice con niños de transición, me enamoré de trabajar con ellos, sabía que como maestra podría influenciar a muchos y que ese impacto sería mas grande si trabajaba con niños, fue por eso que ingrese a la Universidad Pedagógica a estudiar Educación Preescolar.

Mi paso por la Universidad fue muy agradable, fue un tiempo de autoexigencia, esforzarme para convertirme en una buena maestra, pues no quería ser una profesora promedio. En ella aprendí que un buen docente debe ser idóneo, comprensivo, autoexigente, responsable, honesto, claro y coherente.
Me enseñaron muchas cosas, pero una de las que más marcó mi quehacer docente fue el constructivismo, aprendí que mi papel como maestra no era el de transmitir  conocimientos sino mas bien construirlo junto con mis estudiantes, que ellos también podían aportar, que les podía dar la oportunidad de participar de manera activa como protagonistas de su aprendizaje, que esto lo lograba a través de tomar en cuenta conceptos previos que cada chiquito posee, sus experiencias y vivencias.

Despues, ¡vinieron los niños!...
...Comencé a trabajar en diferentes colegios, pero en el que más tiempo duré fue el Gimnasio femenino, allí me dí cuenta que los niños hijos  de familias de clase alta: políticos, ejecutivos,  los que pertenecen al club… son muy carentes de afecto y que encuentran en el maestro un apoyo y una respuesta a sus necesidades afectivas.  Aunque la universidad me había enseñado esto, confirmé que el rol del maestro también es ser ese apoyo para los estudiantes, ese profe en el cual pueden encontrar no solo enseñanzas académicas, sino ese afecto que tanto necesitamos todos los hombres. En el Femenino me dí cuenta que la docencia implica, un siempre y continuo aprendizaje por parte del maestro, que no nos podemos conformar con lo prendido en el ayer, una de mis jefes me encaminó no sólo  en aspectos pedagógicos del trabajo de proyectos y de lectoescritura, sino que también me enseñó a manejar padres de familia y ver a los niños desde diferentes ópticas según las dificultades que estos pudieran presentar.


En este momento estoy trabajando en el colegio público –Saludcoop Norte–, el proceso de adaptarme para trabajar en el sector oficial no ha sido fácil, lastimosamente en el Distrito he tenido que ser más tradicionalista pues el tiempo y los recursos son limitados: (4 horas académicas que incluyen recreo, pocas salidas pedagógicas...), además la cantidad de alumnos en los colegios distritales es muy alta, antes trabajaba entre 15 y 20 niños, el tener muchos más, hace que el tiempo que le dedique a cada uno sea menor, y tengo que disponer mucho más tiempo para elaborar los informes.
Como mencionaba antes, los niños de colegios privados tienen problemas socioafectivos pero aca en el distrito estos problemas son muchos más notorios, ahora, manejo problemáticas relativas a violencia intrafamiliar, abandono frecuente,  situaciones de vulnerabilidad social: pandillas, drogas... Es muy triste ver esto, pero como maestra de Preescolar entiendo que tengo un papel definitivo para trabajar valores con los niños, verlos como sujetos de posibilidades, por lo cual les inculco que ellos llegarán a ser personas de bien cuando sean grandes, con buenas posibilidades de estudio y trabajo. La educación debe  permitir enfrentar los retos actuales pensando en el futuro que los estudiantes vivirán, creo que la educación en Colombia debe dar un vuelco en cuanto a tener en cuenta realmente las necesidades e intereses de los niños, que sea suficientemente exigente no sólo con lo referente a resultados de una evaluación sino en sí en el proceso formativo de los estudiantes.
Pero el distrito no ha sido una experiencia negativa, por el contrario, he podido impactar con amor las vidas de los pequeñitos, ayudandolos en sus problemáticas individuales, tratando de involucrar también a sus padres en los diferentes procesos, por ejemplo, estube rabajando el emestre pasado con esta hermosa pequeñita, Dayana, era una niña con problemas tanto de aprendizaje como de carencia de afecto, y tuve el privilegio de aportarle todo mi amor y empeño para sacarla adelante, desgraciadamente, este año fue tomada por el Bienestar Familiar por sus diferentes problemáticas, pero sé, que la huella que dejé nunca será borrada de su corazón.
Además el vincularme a este colegio ha sido todo un reto para mi, pues es uno de los proyectos pilotos en bilingüismo del distrito, y me ha dado la maravillosa oportunidad de continuar y extender mis estudios hacia el área del Inglés, y he visto en estos pocos años, como mi esfuerzo en estudiar esta lengua se refleja grandemente en mi desempeño laboral y como los niños, están aprendiendo tan rápidamente esta nueva lengua desde tan temprana edad, me alegra demasiado poder ser parte de esta transformación en sus vidas.

Aunque esta profesión sea des-valorada, especialmente por factores salariales, creo que hay muchas satisfacciones que el maestro obtiene y que trascienden lo meramente económico, espero que mi influencia sobre los estudiantes se muy fuerte, espero que aprendan lo necesario para desenvolverse como personas de valores, que tengan los conocimientos necesarios para poder escalar en lo académico y en lo laboral.

Realmente disfruto lo que hago, la enseñanza crea pasión….
       
 ... la docencia es trascendencia y la amo.
Martha Villamarín

No hay comentarios:

Publicar un comentario